Los padres también tienen su papel
El contexto familiar, tiene una gran e indudable importancia
para que los alumnos aprendan valores
morales, habilidades sociales y otro tipo de aspectos que le van a favorecer o perjudicar para adquirir
y desarrollar el rol de “agresor” o el rol de
“agredido”.
Los padres deben de tener una actitud emotiva
buena y sólida hacia su hijo, ya que es muy significativo
y trascendental que el niño desde sus primeros
años de vida se sienta querido y aceptado.
Si un niño en desarrollo es amado, seguramente su
personalidad será firme y, si por el contrario, es rechazado
o tiene carencias afectivas será un niño inseguro
y conflictivo.
De padres violentos saldrán probablemente hijos violentos
que no sabrán, ni podrán, canalizar su agresividad
y se ensañarán con el hermano o compañero
más frágil. Por otro lado, los padres tienen que poner
a sus hijos límites, para tener una clara referencia de
lo que hacen y así poder controlar sus actuaciones
para no generar comportamientos distorsionados.
El aprendizaje y cumplimiento de una serie de normas
no tiene que plantearse en un ambiente amenazante
ni autoritario, sino mediante el diálogo, el cariño
y la comprensión.
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